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Durante conversatorio organizado por Crea+:

Humberto Maturana y Ximela Dávila compartieron con más de 100 profesores su visión sobre la educación

Hasta el colegio The Greenland School, en la comuna de Estación Central, llegaron el martes pasado más de un centenar de profesores de distintas escuelas de la Región Metropolitana para escuchar al Premio Nacional de Ciencias, Humberto Maturana, junto a la Dra. Ximena Dávila, ambos fundadores de Matríztica, la escuela de pensamiento que durante 18 años se ha posicionado a la vanguardia del desarrollo de conocimiento y entendimiento sobre la transformación e integración cultural de personas y organizaciones.

Ambos especialistas reflexionaron sobre el papel del profesor en la educación de los niños y jóvenes de nuestro país y entregaron valiosas herramientas para que los docentes pudiesen aplicar al momento de enseñar.

“Cada niño tiene un tiempo de aprender, tiene un tiempo biológico de aprendizaje. No todos los niños aprenden al mismo tiempo por lo tanto como profesor tengo que dar espacios y conocer a los estudiantes para darles las oportunidades de aprender”, dijo Ximena Ávila, quien destacó que enseñar es diferente que educar. “El profesor educa y a la vez enseña. Enseñar es guiar la mirada”, dijo.

La Dra. les dijo a los profesores presentes que para colaborar con los niños en la sala de clases había que aprender a escuchar.  “ Escuchar es olvidar la certidumbre, desapegarme por un rato de aquello que creo que sé, de eso que creo que es la razón y la verdad, para poder escuchar al otro lo que dice”, dijo y continuó explicando: “el acto de escuchar es el acto de amar. Mi sensorialidad dispuesta en el encuentro con el otro. A veces no nos escuchamos porque queremos cambiar al otro. En el momento en que yo tengo expectativas o exigencias no estoy dejando aparecer al otro. ¿Escucho a mis alumnos o me escucho a mi mismo?”, preguntó a los profesores a modo de reflexión.

Por su parte el Doctor Maturana les dijo a los docentes que todos somos seres autopoiéticos moleculares, esto quiere decir, dijo, que somos seres determinados en nuestra estructura. “Es decir que lo externo no nos especifica, no especifica lo que nos sucede”, explicó.  El premio nacional de ciencias dijo que si los profesores logran convivir y encontrarse en el mutuo respeto con sus estudiantes, “se van transformar juntos de una manera que va resultar colaborativa porque va ser coherente con lo que están haciendo en la circunstancia en que lo están haciendo”.  Maturana insistió en que los niños y las niñas se transforman con los profesores. “Si al profesor de matemáticas le gustan las matemáticas y está con los niños, ellos también se van a transformar con él”.

Para ejemplificar lo anterior Maturana contó el caso de una profesora de castellano que se le acercó hace un tiempo atrás para decirle que era muy bonito todo lo que decía pero la gramática era una cosa tan árida y tan difícil que los niños a ella no le entendían. ¿Cómo lo hago? Le preguntó la profesora. “Yo le dije: Ame la gramática. Un mes después me encuentro con ella y me dice: profesor me ha cambiado la vida ahora mis niños aman la gramática. En el fondo, al cambiar ella cambia el espacio relacional, eso es lo pasa”.

Por último, Maturana recalcó que que si los profesores quieren hacer con los niños una convivencia que resulte interesante “entonces para los profesores tiene que sernos interesante lo que estamos enseñando y el modo de enseñar o mostrarlo, porque los niños se van a transformar con nosotros por el solo hecho de convivir con nosotros”.