Fabiola Muñoz explica cómo la disposición de los asesores de la Corporación Crea+ fue un factor clave en el desarrollo del trabajo en conjunto con la comunidad escolar.  “El sentirse apoyados y acompañados les bajó la ansiedad y les dio más confianza a los docentes”, detalla.

Fabiola Muñoz está terminando su cuarto año como directora de la Escuela Básica de Pozo Almonte y está contenta. “Hemos consolidado nuestro equipo”, señala desde su oficina con voz de satisfacción y agrega: “los profesores están empoderados y saben que tienen la capacidad de cambiar los resultados”.

A partir del 2016 esta escuela ubicada en plena Pampa del Tamarugal, en la ciudad de Pozo Almonte, comenzó a trabajar en alianza con la Corporación Crea+ para reforzar el aprendizaje de los estudiantes en la asignatura de matemática. “Luché por tener a Crea+ con nosotros porque a diferencia de otras AT ellos ofrecen la parte de asesoría directa a través de un acompañamiento en el aula y trabajo colaborativo”, cuenta Muñoz.

A un año de iniciada esa alianza, para la directora la relación de los docentes con los asesores de Crea+ ha sido una experiencia enriquecedora. “Los profesores somos un poco reacios a que te vengan a orientar y a sugerir. Somos celosos de nuestro trabajo, pero con Crea+ fue totalmente diferente. Todos estuvieron dispuestos a trabajar en esta alianza por la actitud que tuvieron los asesores desde un comienzo”.

¿Qué cambios concretos ha visto este año?

“La forma de hacer clases de los profesores son distintas. Ahora integran varias estrategias. Antes era solamente un trabajo en base a guías y no respetaban las diferentes formas de aprender que tienen nuestros niños. Eso se nota ahora cuando uno entra a las clases”, dice y agrega: “donde más se percibe es en el manejo conceptual, les cambiaron el nombre a las cosas y lo hicieron con un lenguaje técnico y a su vez más cercano para los alumnos”.

Muñoz dice que todavía no pueden saber si hay algún efecto en los resultados de pruebas como el Simce, pero dice estar convencida de que hay otros indicadores que ya arrojan luces de cambios positivos. “Bajó la disposición negativa que tenían los alumnos frente a la asignatura de matemáticas. Se nota en la actitud y en la alta participación en las clases”.

Durante el mes de septiembre, como todos los años, la escuela realizó una encuesta a sus alumnos para saber cuál era la asignatura con más preferencias. De forma inédita matemáticas sobrepasó a los ramos de artes y educación física, las que siempre son favoritas de los estudiantes.  “Eso es otro gran indicador. Ya no es la típica clase donde los llenamos de ejercicios. Hay muchísimo trabajo en equipo”, expresa Muñoz.

Para la directora el hecho de que los profesores se sientan apoyados y acompañados influyó en “la disminución de la ansiedad y les dio más confianza”. Según ella, “están más relajados en el sentido positivo de la palabra.  Ellos se notan más empoderados, seguros, respaldados y no le tienen miedo a esperar los resultados, al contrario”.

Por su parte, Eliana Barrera, docente del área de matemáticas de la escuela, señaló que el apoyo de la Corporación le ha dado “excelentes resultados en cuanto a metodologías de aprendizajes”. La profesora recalca existe un beneficio que es innegable para los alumnos y explica que tiene que ver con que “ellos ya no tienen que estar ellos escribiendo todos los ejercicios. Nos entregan guías con todo detallado, muy claro y paso a paso”.

Lino Aliaga, encargado desde el 2014 de la Unidad Técnico Pedagógica de la Escuela, también concuerda con la evaluación que hacen Muñoz y Barrera. “Hemos visto un cambio significativo en los estudiantes, principalmente en cómo ellos están mirando este contenido. A las matemáticas siempre le hacen el quite, generalmente les cuesta encontrarle sentido ¡Y eso ha cambiado! Ahora entienden que las matemáticas están en cada minuto de sus vidas y eso es muy potente”.