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Por segundo año consecutivo obtienen buenos puntajes en el Simce:

Escuela Básica de San Pedro se mantiene firme con buenos resultados

“El principal desafío ahora es transmitir esto a los apoderados y que ellos sientan realmente que sus hijos van a un lugar donde aprenden alegres y motivados. Si los padres ven eso, también ellos nos apoyarán y con eso conseguimos tener una escuela feliz”, dice la directora subrogante, Marcela Moro.

“Hemos ordenado los procesos y eso nos ha permitido mantenernos en los buenos resultados”, es lo primero que dice, visiblemente alegre pero con humildad, Marcela Moro, la directora Subrogante de la Escuela Básica de San Pedro de Atacama, ubicada en la segunda región de nuestro país.

Marcela tiene apenas 12 meses en este cargo, pero lleva más de 15 años haciendo clases en esta escuela, por lo que conoce en profundad la realidad del lugar y sobre todo la de sus estudiantes. Partió como inspectora, luego estudió en Calama e Iquique para comenzar como profesora básica, función que desempeñó hasta el año pasado, momento en el que asumió el cargo que tiene actualmente, no sin antes especializarse y obtener pos títulos en lenguaje, matemática, ciencias e historia.

“Al principio no me sentía con las competencias ni el carácter para estar en una oficina o fuera de la sala de clases, pero finalmente asumí este cargo con mucha responsabilidad y con un objetivo y foco principal muy claro, que no es otro que el bienestar de los niños”, expresa con voz firme y agrega: “por lo tanto todo lo que se genera dentro de esta escuela y todos los recursos que se consiguen van enfocado hacia los niños. No pierdo ese horizonte”.

La escuela recibe todas las semana a más de 800 alumnos que cursan entre 1º y 6º básico. El 18% de ellos son inmigrantes provenientes principalmente de Colombia, Perú y Bolivia y el 52% de la matrícula corresponde a población indígena. El 2016 los alumnos de 4º básico de la escuela dieron un gran salto subiendo casi 50 puntos en Simce de Matemáticas llegando a obtener más de 270 puntos, mientras que este año, manteniéndose firme con los buenos resultados, superaron por primera vez los 280.

Para conseguir estos logros la escuela cuenta hace algunos años con el respaldo de SQM, quienes a través de la Corporación Crea+ apoya los procesos de aprendizaje de los estudiantes y el desarrollo profesional de los profesores. “Llevamos 10 años trabajando sostenidamente en terreno en las escuelas de la Comuna de San Pedro de Atacama, para que niños y jóvenes puedan desarrollarse en la medida de su voluntad y no de su realidad. Estamos muy contentos de saber que se mantienen los buenos puntajes y eso sin duda nos motiva a seguir apoyando sus procesos de aprendizaje, reafirmando nuestro compromiso con la educación, eje fundamental de nuestra compañía”, dice Alejandro Bucher, Gerente de Medio Ambiente y Comunidades de SQM Salar.

“El legado que me gustaría dejar en esta escuela, además de los buenos resultados académicos y de convivencia, es que los apoderados sientan que el establecimiento es un lugar donde sus hijos aprenden alegres, felices y motivados”, dice por su parte la directora Marcela Moro y  explica por qué:  “Si los padres ven eso, también ellos nos apoyan y con eso conseguimos tener una escuela feliz”.

Noelia Espósito es una de las profesoras que desde el 2014 hace clases en esta escuela. Ella es uruguaya y llegó hace 10 años a San Pedro de Atacama buscando nuevos desafíos  en materia de educación. “Terminé la carrera en mi país pero me quedó chico el sistema allá y sentí la necesidad de tener más experiencia. Tuve un año sabático donde pude subir montañas y conocer ríos, cosa que hoy me parece una experiencia fundamental para lo que hago, hasta que llegué a esta escuela en la cual estoy muy contenta”, cuenta.

Para Noelia la base que todo profesor debiese tener “está en el amor por lo que uno hace”,  en este caso, “por enseñar y por considerar al niño como un ser capaz de lograr buenos resultados”, dice. Para eso, agrega, “es clave que el profesor esté constantemente en un proceso de autoevaluación, de reflexionar sobre sus prácticas de aprendizajes, de indagar y cuestionarse de lo que está haciendo”.

Noelia también destaca el aporte que significa el trabajo que realizan los profesores en conjunto con la Corporación Crea+. “Ellos nos ha ayudado a tener una lógica interna en el desarrollo de los contenidos de matemáticas. En el fondo nos  ha permitido ordenarnos”, señala. Para esta profesora “un asesor que no esté en el aula no tiene nada que hacer sugiriendo y orientando a un profesor”.  En ese sentido dice que lo que hace Crea+ es muy valioso: “ellos vienen mes a mes a visitarnos, a observar nuestras clases, y luego nos reunimos desde el punto de vista reflexivo, nos orientan, nos dicen las cosas positivas y las negativas porque siempre tenemos cosas que aprender”.



Jessika Molina es otra de las profesoras de esta escuela. Hace 38 años que ejerce la profesión docente y hace 6 que lo hace en este establecimiento de San Pedro. Llegó hasta este lugar luego de que a sus 55 años decidiera voluntariamente abandonar su zona de confort, en Santiago, para buscar un lugar donde pudiera aportar más profundamente lo que ella sabía.   Hoy, dice orgullosa a sus 61, “mis alumnos me esperan para darme un abrazo antes de entrar a la sala”.

Para lograr que los alumnos la esperen para abrazarla y al mismo tiempo cosechar buenos resultados académicos, Jessika dice que es fundamental el afecto que se tiene con los niños. “Si yo al niño le entrego con amor las cosas, él las recibe de igual manera. Los niños tienen que notar que cada uno de ellos es importante para ti. En la medida que notan eso, ellos se entregan a ti”, asegura.

El año pasado, gracias a una beca que le entregó SQM y la Corporación Crea+, Jessika tuvo la oportunidad de viajar hasta Finlandia para conocer los métodos de enseñanza de ese país, considerados como unos de los mejores del mundo. “Me llamó la atención que allá los chicos aprenden a leer después de los 7 años, porque hasta esa edad ellos sólo trabajan habilidades sociales. Aquí en Chile queremos que en pre kínder los niños sepan las letras y conozcan los primeros números. ¡Y las habilidades sociales cuándo las trabajamos!”, exclama con la misma pasión que enseña.

Entre las cosas que aprendió en Finlandia y que ha podido implementar en la Escuela Básica de San Pedro está lo llama la Interdisciplinaridad. “Si vamos a trabajar el sistema solar, por ejemplo, vemos esto en todas las asignaturas, en matemáticas, en historia, lenguaje, etc.”, dice. Sobre el mismo tema cuenta que hace poco con los asesores de la Corporación Crea+ realizaron un taller para trabajar precisamente la interdisciplinaridad. “Trabajamos en grupos de profesores, generamos una clase en que mezclábamos objetivos de geometría, educación física e inglés en una misma clase. Fue muy enriquecedor”.

Para Jessika el aporte de Crea+ es muy valioso. “Se pueden obtener muchos logros en la medida en que yo como profesor me comprometo, no sólo con mis alumnos sino que también con el proyecto.  Si yo trabajo como Crea+ presenta las unidades voy a cumplir con toda la estructura curricular y además voy a obtener buenos resultados. Cuando el niño se vaya al liceo se va a llevar todos los contenidos que necesita para tener una buena enseñanza media”, dice.

Paulina Vásquez es otra de las profesoras de 1º básico. Hace 6 años llegó desde Temuco hasta San Pedro para hacer clases en esta escuela. “Quería conocer la realidad de otras escuelas. Llegué a Calama y no se me dio oportunidad, pero luego se me abrieron las puertas aquí”, cuenta hoy a sus 36 años, feliz de estar enseñando en este lugar. “Aquí estoy aprendiendo, creciendo y formándome como profesora y además consiguiendo súper buenos resultados en matemáticas con los niños”, comenta.

Al llegar se encontró con niños muy distintos, de realidades, necesidades afectivas, económicas y emocionales muy diversas. Esto más que un obstáculo, se convirtió en un aprendizaje para ella. “Formar personas para mi es lo más importante, es algo que va más allá de los contenidos.  Algo que tiene que ver con la cercanía, con hablarles siempre desde el corazón.  Ellos aquí saben que vienen aprender contenidos, pero que también vienen a aprender a ser  personas  y en ese sentido uno tiene que estar dispuesto a entregar amor”, dice.